“Mi padre, está vivo aquí, en mi corazón (XI)

Exposición Provincial Aniversario 40 de la Asociación de Innovadores y RacionalizadoresPor Lázaro David Najarro Pujol

No pude conocer a Álvaro Vázquez Galego y ni siquiera me imaginaba como era, ni tampoco a su esposa que atesoraba sus documentos de innovador como una reliquia de la familia. Ella vigilaba su insomnio mientras que él se pasaba las noches y las madrugadas trazando líneas imaginables para otros. Algunos no lo comprendían, pero su esposa sí. Álvaro lo reconocía siempre[1]:

“Cuando esto se conoce, hay comprensión y la comprensión mutua es la felicidad de la pareja. Saber sobrellevar las pequeñas diferencias  y no olvidar nunca el respeto y los ideales como algo inviolable en el matrimonio. Mis dos hijos han completado la felicidad de mi casa; y mis nietas, bueno, locura de abuelos”.

La historia apunta hacia un hombre que solo dejó de luchar cuando la muerte apareció indiscreta para privarnos de un excelente innovador, una extraordinaria persona, un buen padre y un adorable abuelo.

Podemos incursionar en su vida y en su obra gracias a un casual encuentro con su hija Graciela Vázquez, a quien apenas le hablamos de su padre, le brillaron los ojos como solo brillar el destello de las estrellas. Entonces me di cuenta que ella evoca a Álvaro como si aún estuviera entre nosotros.

No transcurrieron muchas horas de aquel encuentro y ya nos habían confiado un grupo de  documentos y recortes de publicaciones.

A los 72 años de edad, al ser entrevistado por la periodista Yrma Pérez, de la revista Logros, Álvaro Vázquez ofreció el siguiente testimonio sobre su visita a la Unión Soviética en 1953:

“Hicimos el viaje un grupo de compañeros que formábamos la delegación cubana. Respondíamos a una invitación del Consejo Central de los Sindicatos Soviéticos para participar en los festejos por el 1ro de Mayo en Moscú. Yo había ingresado en la Liga Juvenil Comunista en 1933 y en 1934 ya pertenecía al Partido. Mi hermano fue mi guía, él también era militante…

“Durante aquel viaje me encontré con Lázaro Peña; él regresaba de Viena, pues había participado en una reunión de la Federación Sindical Mundial. Tuve la ocasión de hablar don él algunas veces y guardo magnificas enseñanzas de Lázaro; en su manera de llegar a la gente, a los obreros, era algo excepcional.

“Verdaderamente, aunque al regreso de la Unión Soviética me llevaron preso, acusado de estar relacionado con los sucesos del ataque al Cuartel Moncada (cuestión que no era cierta, pues mis vínculos con el Movimiento 26 de Julio vinieron después), para mi el viaje significó mucho en mi vida. Fue una de las emociones más grande que he vivido y fue la primera vez que salí de Cuba”:

–Él primero fue obrero ejemplar –me dijo Graciela Vázquez.

Lo comprobé en la biografía. Ocurrió en el año 1962. En ese contexto el Che (Ernesto Guevara de la Serna) convocaba a los trabajadores a construir su propia maquinaria. En ese año. En ese año ingresó al Partido Comunista de Cuba (PCC), en los Ferrocarriles de Camagüey. Se desempeñaba además como maestro y director del Instituto “Cándido González Morales”, por designación del ministro de transporte en 1966[2]:

“Actualmente, aunque estoy retirado y colaboro con la ANIR como divulgador, también imparto clases. Me gusta enseñar y ver que hay una nueva generación preparada para el transporte ferroviario. Me hubiese gustado ser ingeniero mecánico para conocer más, pero mi trabajo a temprana edad y luego las actividades que he realizado en los últimos años, no me dejaron un lugar para estudiar una carrera universitaria. Me siento feliz con lo que he hecho”:

Dedicó más de 41 años de su vida a los ferrocarriles. Se desempeño como maquinista de locomotoras y director de la Unidad de los Ferrocarriles en la capital agramontina. Siempre estuvo en el movimiento de inventores.

“Verdaderamente, siempre estaba al cuidado de las locomotoras y participaba en la lucha difícil de los años 1960, junto a los obreros de los talleres de mantenimiento que buscaban afanosamente la solución a la falta de piezas e repuestos y otros problemas, pero no fue hasta 1981 que presenté como autor mi primera innovación”. [3]

Después de jubilado continuó en la ANIR en los ferrocarriles de Camagüey y se convirtió en Vanguardia Nacional de esa organización en 1989,  a la edad de 74 años.

Álvaro Vázquez, en un artículo publicado el 9 de octubre de 1990, en el periódico Adelante explica[4]:

“Mi momento más difícil fue ante los bancos de prueba de equipos de freno para locomotoras, de tecnología alemana (federal).

“Esta innovación le proporcionó al país cuantiosos recursos económicos y para lograrlo no solo tuve que acudir a la experiencia, sino también a los texto que estuvieron a mi alcance, para lo cual conté con la ayuda de mis compañeros en la traducción.

“Me inicié como innovador en 1963, aunque la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), se fundo el 8 de octubre de 1976. Recuerdo que la construcción de culatas de los motores diesel de locomotoras norteamericanas propició una solución a un gran problema de la economía de esa época.

“Los innovadores tienen muchos momentos difíciles, y yo los he tenido, porque a veces buscar una solución no es cuestión de un ratico; pero quiero hablarte del momento más feliz que fue el Primer Foro Nacional de Piezas de Repuesto, cuando obtuve el segundo lugar y nuestro Comandante en Jefe me entregó un carro.

“Bueno en los ferrocarriles no todo fue glorias. Comencé como limpiador de locomotoras, consistía mi labor en pasarle petróleo y después vapor a las máquinas y ponerlas a brillar por unos centavos; era lo normal de aquella época a la que no retornaremos jamás, como lo había dicho Fidel (Castro Ruz).

“Me hice maquinista y tengo la “primera clase” desde 1949 hasta que me jubilé, porque quiero aclararte que yo no me he retirado y estoy presto siempre a ofrecer mis conocimientos. Soy activista de la ANIR y formo parte de su comité provincial”.

Durante diez años se mantuvo Álvaro como Vanguardia Nacional de la ANIR. Registró 14 innovaciones. No pocos afirman que se caracterizó por ser una persona de mirada limpia.

En el contexto del aniversario 19 de la constitución de la ANIR, la Plata Mecánica de Camagüey fue sede del reconocimiento a un grupo de Comités de Innovadores (CIR) , y de aniristas, que con su constante quehacer estuvieron entre los primeros que sostuvieron la técnica para romper la barrera del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba.

En ese homenaje también participó Iraida Portillo Guerreo:

“A mi me entregaron un diploma de reconocimiento por el destacado trabajo dentro del movimiento creador. Álvaro Vázquez estaba allí. Era el personaje central de aquel encuentro. Lo veía reír entusiasmadamente y satisfecho del reconocimiento que le tributaba la dirección del Partido, del movimiento obrero y del pueblo por su obra. Ya él estaba jubilado de los ferrocarriles. Era el más genuino representante de los más de 20 mil innovadores que tenia la provincia en esa época. En mérito especial recibió la medalla de Fundador. Huno un cake gigante para homenajearlo”.

En una segunda entrevista con su hija Graciela me dijo espontáneamente:

“De mi padre hay mucho que decir: era un hombre extraordinario, honesto, sencillo, un verdadero hombre de pueblo.

“A mi hermano y a mí nos dio muy buenos ejemplos. Desde mi niñez me enseñó a amar a los seres queridos.

“En todos los lugares que trabajo fue muy respetado y admirado. Se preocupaba por los problemas de la gente.

“Estando jubilado él se dirigía todas las mañanas a los talleres ferroviarios. Mi mamá en una ocasión lo reprimió:

“–Yo no se por qué tu coges tanta lucha para ir a los talleres, en definitiva cuando te mueras no le van a poner tú nombre al centro.

–Mira vieja, tú sabes que los talleres son parte de mi vida, de mi cuerpo y de mi existencia, por lo tanto mientras que tengan fueras continuaré visitándolos.

“Mi padre, está vivo aquí, en mi corazón. Recuerdo que a raíz de su enfermedad siempre me decía: Graciela cuando e cure visitaré el taller de locomotoras.

“Así lo hizo, solo la muerte lo separo de os Talleres ferroviarios fe Camagüey. La muerte lo sorprendió”.

Notas:

[1] Testimonio tomado de la Revista Logros. Pag 32. Año 3.

[2] Álvaro Vázquez Galego nació en la ciudad de Camaguey, el 1ro de agosto de 1915 y falleció el 3 de julio de 1966. Ernesto (Che) Guevara de la Serna

[3] Testimonio tomado de la Revista Logros. Pág. 32. Año 3.

[4] Se mantiene la redacción original solo se excluyen las acotaciones del periodista.



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