La ANIR se fortalece X
Publicado: octubre 9, 2021 Archivado en: Cuba, Cubanos por el mundo, De Cuba y el Mundo, Memorias de hombres de ciencia que forjan futuro (1960-2001) | Tags: Asociación de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), Camagüey, Centro Multisectorial de Información Científico Técnica (CMICT), Cuba, Delegación Provincial de la Academia de Ciencia de Cuba, Instituto de Documentación e Información Científica y Técnica (IDICT), La Habana, Margarita Hung Fernández, Miriam Carvajal O'Farrill, Pedro Álvarez Adán Deja un comentarioPor Lázaro David Najarro Pujol
Pocos años después de constituida la Asociación de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), en la provincia de Camagüey, se comienzan a dar pasos importantes y se establecen relaciones con el Centro Multisectorial de Información Científico Técnica (CMICT).
El licenciado Pedro Álvarez Adán se desempeñaba como director de la institución.
“El día 1ro de diciembre de 1980 se inauguró el CMICT. Entre sus objetivos principales estaba brindar servicios de información científica y técnica a las empresas, organismos, centros docentes y a los miembros de la ANIR y las BTJ (Brigadas Técnicas Juveniles). Constituía una dependencia de la Delegación Provincial de la Academia de Ciencia de Cuba y atendida metodológicamente por el Instituto de Documentación e Información Científica y Técnica (IDICT) en La Habana.
“Al principio radicábamos en la calle “General Gómez” número 61, entre Republica y Apodaca, en la ciudad de Camagüey y posteriormente nos trasladamos para Raúl Lamar, número 56.
“La plantilla era muy reducida, la componíamos la técnica Miriam Carvajal O’Farrill, la licenciada Margarita Hung Fernández y yo. Más tarde se nos unieron Xiomara Lovaina Dalván y Elia Morejón Conde, que procedían del Centro de Información y Documentación Agropecuaria.
“Empezamos a darnos a conocer en los colectivos laborales y expresábamos la disposición de apoyar el trabajo de las diferentes entidades.
“Surgió rápidamente un acercamiento con los diferentes sectores de Camagüey, lo que trajo como consecuencia que también distintos organismos de base de la ANIR y las BTJ comenzaran a utilizar los servicios que le proporcionábamos. Por esas razones se hizo necesario incorporar a otros trabajadores en forma escalonada, entre ellos René Suferris Naranjo.
“No solo realizábamos visitas a las empresas, sino además se programaron recorridos nocturnos dirigidos al CMICT, esto en coordinación con la ANIR y las BTJ. Estas actividades rindieron su fruto y aumentó el número de usuarios en busca de información certifica y técnica.
“Paralelo a esto, la dirección de la ANIR, valorando la importancia de estas actividades y los servicios del CMICT, comenzó a invitar a los miembros de la asociación a distintas reuniones y eventos.
“Debido al auge del trabajo y sus resultados en un lapso de casi dos años surgió la necesidad de convertir a los centros multisectoriales en depositarios de los documentos de innovaciones y racionalizaciones que generaban la ANIR y las BTJ.
“Formamos entonces a un trabajador como Gestor de Patentes de Inversiones, tarea que fue asignada a René Ramos Hernández.
“Decepcionábamos los Modelos IR—1 y fuimos formando un fondo documental de gran utilidad para conocer y valorar la inventiva; que podía servir de documento de consulta para otros innovadores, ya que muchas veces una misma inventiva se desarrollaba paralelamente en distintos colectivos, como consecuencia de la falta de información y divulgación.
“En el año 1988 celebramos el Primer Forum Científico—Técnico, que contó con la participación de profesores, investigadores, trabajadores de empresas y organismos y miembros de la ANIR y las BTJ.
“En toda esa labor desplegada entre los años 1980 a 1985[1] contamos con el apoyo y esfuerzo de personas como Máximo Steere del Pino, Mario Vázquez Galego, Rogelio Figueredo, Néstor Suferris Naranjo, Emilio Hernández, Antonio Cammañ, Pedro Vivanco y muchos otros que no recuerdo sus nombres y apellidos”.
Nota:
[1] Lamentablemente la mayoría de los documentos a los que hace referencia Pedro Álvarez Adán, han sido destruidos o se desconocen en qué lugar se encuentran o qué personas pueden poseerlos.