Iniciativa de chef camagüeyano fortalece hermanamiento con Museo Conjunto Histórico Birán (Fotorreportaje)
Publicado: octubre 4, 2018 Archivado en: Cuba, Cubanos por el mundo, Gastronomía y Turismo, La isla y el mar, Símbolos de la Nación Cubana | Tags: Camagüey, Chef de cocina Frank Rodrigue Pino, Cuba, Fidel Castro Ruz, Hotel Roc Santa Lucía en Camagüey, líder histórico de la Revolución cubana, Museo Conjunto Histórico Birán, Paris, Premio al Mejor Libro de Cocina del Mundo Deja un comentarioTexto y fotos Lázaro David Najarro Pujol
Camagüey, Cuba, 4 oct.-Por iniciativa del Chef de cocina Frank Rodrigue Pino, del Hotel Roc Santa Lucía en Camagüey, ganador del Premio al Mejor Libro de Cocina del Mundo, París 2011, se ha creado un hermanamiento entre la Sociedad Culinaria Internacional Nitza Villapol y el Museo Conjunto Histórico Birán, donde nacieron Fidel Castro Ruz y su hermano Raúl.
Rodríguez Pino realiza una investigación sobre las preferencias del Comandante en Jefe a lo largo de su vida, a igual que de su madre Lina Ruz González, para lo cual ha visitado en varias ocasiones la comunidad de Birán, en la provincia de Holguín.
El autor del libro Saber y Sabor, Premio a Mejor Libro de Cocina de América 2016, expuso sus experiencias en el Forum Tecnológico Especial que sesionó en el Museo Conjunto Histórico Birán en el contexto del homenaje por el aniversario 115 del natalicio de Lina Ruz González y dedicado también al décimo quinto aniversario de la visita del Comandante en Jefe al sito donde nació en Birán.
Frank Rodríguez, dijo que entre los gustos culinarios de Lina están la sopa de pollo, el arroz moro, cerdo, boniato, frutas y pastas, al igual se degustaron preferencias alimenticias de Fidel Castro y de Camagüey.
Además, investigo en relación a las preferencias culinarias de los emigrantes haitianos asentados en Birán.
Rodríguez, intercambio con José Batista Cruz, un anciano de 84 años de edad que cada tres días y durante 55 años, recorre desde Guaro a Birán, 62 kilómetros para depositar un ramo de flores en la cúpula donde se encuentran los restos de Lina Ruz González, como agradecimiento eterno al humanismo de la sencilla mujer.