Sueños camagüeyanos regresan de Paris en añorado avión
Publicado: agosto 21, 2018 Archivado en: Cuba, Cubanos por el mundo, Culturales, De Cuba y el Mundo, La isla y el mar | Tags: Camagüey, Ciudad de los Tinajones, Cuba, El avión de Rolando regresa a Paris, Escritores y Artistas, Galería Julián Morales, Paris, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Primer Encuentro Nacional de Poetas, Rolando Escardo, Severo Sarduy, Unión de Escritores y Artistas de Cuba Deja un comentarioTexto y fotos Lázaro David Najarro Pujol
Camagüey, Cuba, 21 agos.-Como dos desconocidos heraldos de la Abstracción cubana calificó el critico de arte y curador Pavel Alejandro Barrios a los escritores Rolando Escardó y Severo Sarduy al dejar inaugurada en la ciudad de Camagüey la exposición bipersonal El avión de Rolando regresa a Paris.
Más de 30 piezas, entre pinturas y dibujos originales y algunas copias, acompañadas de pensamientos de los dos creadores, fragmentos de correspondencia y, extractos de sus poemas, entre otros elementos, contiene la muestra que se exhibe hasta mediados de septiembre en la galería Julián Morales de la filial camagüeyana de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
También se exponen criterios de colegas sobre sus vidas y valoraciones de sus obras, todo lo necesario para posibilitar, de alguna manera, el reencuentro entre los dos amigos, y facilitar el encuentro con el público de su añorada comarca, expuso Barrios.
Consideró el curador del proyecto que Rolando Escardó y Severo Sarduy nunca tuvieron la dicha de exponer en Cuba, de mostrar en su comarca las abstracciones que les permitieron proyectar contenidos para los que no alcanzaron las palabras.
Ambos creadores agramontinos conocieron el exilio y fueron compañeros en su tierra natal, en las tertulias literarias del Bar Correo o el San José, en la Ciudad de los Tinajones, cuyo centro histórico es en la actualidad Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Rolando Escardó falleció en un accidente del transito, mientras “perseguía su sueño de comprar un avión para regalarlo a la flota aérea revolucionaria cubana. Lo iban a pagar con versos, con los poemas devenidos del Primer Encuentro Nacional de Poetas, Escritores y Artistas. a celebrarse en Camagüey, en 1960”.
En tanto Severo Sarduy murió de SIDA “en el Paris de sus sueños, con sus nostalgias “cubenses” y el vivo recuerdo de esa arqueología mía que lo mantenía dibujando tinajoncitos barrigones en los márgenes de las cartas y admitiéndole a sus amigos escritores: Nada condenen mientras vuelvo, espérenme”.
Rolado, enfatizó Pavel Alejandro, “fue un explorador de su ciudad, de la historia primigenia de sus gentes, y desandó calles y callejones, desvalidó cuevas y cavernas”, mientras que Sarduy “exploró tierras y confines exóticos, mundos antagónicos. El añorado avión de Rolando sobrevuela ahora en estas salas… y regresa de Paris con sus entrañable amigo”.