Nace la ANIR (II)

Por Lázaro David Najarro Pujol

Camagüey, Cuba.- La Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR)[1], en la  ciudad de Camagüey se constituyó –de forma oficial como en todo el país y cumpliendo un acuerdo del XIII Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), el 8 de octubre de 1976, pero que tuvo sus antecedentes en aquel entusiasta ejercito de inventores comandados por Ernesto Che Guevara.

Eduardo Piñeiro Terrero es testigo de esos tiempos de creación:

“Poco antes de formalizarse –como organización registrada– lo que es ahora la ANIR funcionó en el municipio de Camagüey y bajo la dirección de Máximo Steere del Pino y Álvaro Vázquez Galego.

“Hay que remitirse  a la fábrica de agua, como colectivo, a José Díaz Pérez y Joaquín Rivero, todos ellos (y muchos otros más), eran dirigidos, en la provincia, Por Néstor Suferri”.

Piñeiro –Vanguardia Nacional—destacado como innovador fue el autor de disímiles dispositivos, maquinarias y piezas que se emplearon en la industria alimenticia  en la ciudad de Camagüey y quien ocupó responsabilidades en el Comité de Innovadores y Racionalizadores (CIR).

En algunas empresas sus directivos no veían la organización como un movimiento que funcionaba a favor del incremento de la producción. No tenían la cultura del ahorro por concepto de innovación.

Eduardo Piñeiro Terrero piensa que el problema se origina por desconocimiento o quizás por subestimar  el trabajo de los CIR.

“En lugar de estimular la fabricación de piezas y equipos en los propios talleres, preferían comprarlos en las entidades suministradoras sin tener en cuenta el costo por la importación. Después surgió la Ley 38. Tuvimos que luchar con directores y administradores de empresas y unidades para hacerle comprender la importancia del movimiento”.

La ANIR en la ciudad de Camagüey no se detiene. Miguel Ángel Martínez al ofrecernos el testimonio se desempeñaba como presidente de un CIR en la Plata Mecánica.

“Siempre me gustó transmitir las experiencias a las nuevas generaciones. El relevo hay que garantizarlo. Tenemos la convicción de que nosotros nacimos para semillas y que los jóvenes están tomando en sus manos el movimiento de innovadores.

En tanto Jorge Álvarez Suárez, es de los primeros aniristas de Cuba y aunque realizó  la primera inventiva en 1960 –cuando trabajaba en la construcción del hoy reparto Lenín, en la capital provincial agramontina,– al CIR del Aeropuerto  Ignacio Agramonte de Camagüey dedicó sus mayores esfuerzos y ejecutó alrededor de 100 innovaciones y realizaciones. Fue el padre de la organización, en ese centro de la aviación cubana.

“Comencé la formación del CIR en el aeropuerto a principios de 1980 y después lo convertí en un buró de innovadores. Estuve de residente hasta mi jubilación. Durante 15 años consecutivos lo mantuve como Vanguardia Nacional y en ese periodo también mantuve esa categoría de forma individual”.

Nota:

[1] La ANIR se fundó el 8 de octubre de 1976, dan cumplimiento a uno de los acuerdos del XIII Congreso de la  Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

Memorias de hombres de ciencia que forjan futuro

  • Maravillosas manos (VI)
  • Me formé como innovador (VII)
  • Bailamos la Rumba sin música (VIII)
  • Con los hierros al hombre (IX)
  • La ANIR se fortalece (X)
  • «Mi padre, está vivo aquí, en mi corazón» (XI)
  • Me gusta innovar(XII)
  • La ANIR continúa marchando (XIII)
  • Apéndice


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