El grumete y los tiburones

Por Lázaro David Najarro Pujol/Ilustraciones René de la Torre

(Del libro inédito de crónicas Muchachos de los Canarreos)

Las corúas revolotean al paso de la embarcación. Solo faltan algunas horas para que el sol se esconda en el horizonte. Navegamos una vez más hacia el golfo. Habíamos salido de la Pasa del Vapor. En el vivero del bonitero 79 de la Flota Pesquera de Cayo Largo del Sur saltan las diminutas manjúas, principal materia prima para engoar el bonito. Los pescadores localizan los cardúmenes de distintas formas: mediante el pájaro delator. Benito conoce de cabo a rabo las zonas de pesca de Isla de Pinos.–Pero a bordo del barco nosotros sabemos buscar las marcas pa’ localizar el pez, pero hay un tripulante que es muy bueno con los prismáticos en la mano.

–Si, me comentó Fausto, que los ojos del Galleguito son prodigiosos.

–Usa mucho, como se dice por ahí, el «sexto» sentido que hasta ahora no le ha fallado.

– Míralo…

El Galleguito se sitúa encima de la caseta de popa y en esa posición escudriña el cielo y el mar en busca de las gaviotas, el rabihorcado u otra ave marina que indique dónde puede estar la mancha de bonito.

–Observa al Este, Galleguito, me parece que vi un ave.

El libro Muchachos de los Canarreos, en su totalidad lo puede adquirir en Amazon


2 comentarios on “El grumete y los tiburones”

  1. Ángela dice:

    Gracias corazón que bella tus andanzas pero quiero que me mandes los demás me encanta


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