Estrenarán en Camagüey melodrama “Otoño
Publicado: junio 8, 2017 Archivado en: Cuba, Cubanos por el mundo, Culturales, De Cuba y el Mundo | Tags: Austria, Camagüey, Centro Cultural José Luis Tasende, Cuba, Freddys Núñez Estenoz, j“Otoño”, Otta Kring, Teatro del Viento., Viena Deja un comentarioTexto y foto Lázaro David Najarro Pujol
Camagüey, Cuba, jun 8.-El melodrama “Otoño”, con texto y puesta en escena del dramaturgo Freddys Núñez Estenoz será estrenado en el Centro Cultural José Luis Tasende, de esta ciudad de Camagüey el sábado 10 de junio actual, por la compañía Teatro del Viento.
La historia que también se presentará en el mismo coliseo el domingo 11 de junio, el viernes 16 y el sábado 17, del propio mes, transcurre en un otoño en Otta Kring, un barrio de Viena la capital de Austria, y las hojas de los árboles comienzan a caer sobre el pavimento.
Según reseña Isabel Cristina Hamze : “Sentado en un banco, fuera de la estación del metro, hay un hombre que observa atentamente y dibuja los rostros de aquellos que aún no han notado su presencia.
“Unos fuman en silencio, otros hablan en idiomas incomprensibles, otros caminan de prisa hacia lugares desconocidos. El hombre del banco, desde la distancia, les inventa pensamientos, palabras y destinos.
Otoño, añade Isabel Cristina Hamze revela la mirada particular de un artista cubano fascinado con el extraño paisaje otoñal. Esta obra relata un día en la vida de gente común, que tal vez pasan desapercibidas en las hermosas calles de Viena pero que, captadas por el lente ávido de una cámara o por la pluma inteligente, suelen ser destellos de luz en la opacidad.
Precisa la especialista que el talento del dramaturgo y director está en mostrar, a través de sus personajes, el ciclo de la vida que, como las estaciones del año, se renueva cada vez y trae consigo otros sueños, otros dolores, otro renacimiento.
Opina que Freddys Núñez se auxilia de los resortes del melodrama para descubrir los contrastes y ponerlos sobre la escena como carta de triunfo. Sus personajes existen entre la exuberancia de la ópera y la quietud de un banco en la estación del metro, el desasosiego de la calle como hogar y la placidez de un cómodo apartamento con calefacción, entre equinoccios y solsticios, entre la muerte y el amor.
“Este espectáculo es un hermoso puente que, de la manera más auténtica, une dos realidades, dos culturas, dos estaciones del año: el otoño y nuestro eterno verano. En ese imperceptible cruce de historias, de silencios y de sueños compartidos entre la gente de Austria y Cuba está, justamente, la maravilla”.