El Che Guevara, Oscar Viñas, el doctor Rey Drets y unas partidas de ajedrez
Publicado: junio 14, 2016 Archivado en: Cuba, Culturales, De Cuba y el Mundo, Deportes Deja un comentarioPor Lázaro David Najarro Pujol
Camagüey, Cuba, 14 jun.-Cuando Oscar Viñas Ortiz se incorporó a la delegación del Ministerio de Industria en esta ciudad el 1ro de abril de 1962, jamás pensó que sería protagonista de dos acontecimientos históricos.
“Tuve la suerte que por una reducción de plantilla que se hizo en el Ministerio de Bienestar Social me asignaron un trabajo de mecanógrafo en la Delegación Provincial del Ministerio de Industria. Mi estancia en esa entidad fue muy buena y llegué a asumir la responsabilidad de capacitación de la Empresa Provincial de la Harina”.
“En Camagüey en dos ocasiones tuve el honor de saludar personalmente a Ernesto Che Guevara, que se desempeñaba como titular del Ministerio de Industria. La primera fue una tarde que llegó a la Delegación en calle República 216 y saludo a todos los que estábamos en la recepción. Me dio la la mano a mi y a varios compañeros. Recuerdo que Aleida Sabido dijo que ella no se lavaría las manos durante un año porque el Che se las había estrechado”.
Recuerda Viña que la segunda oportunidad en la que se encontró con el Che Guevara fue cuando el entonces Ministro de Industria viajó a la provincia para la inauguración el 9 de febrero de 1963 de la Fábrica de Alambres con Púas y Electrodos Gonzalo Esteban Lugo, en el municipio de Nuevitas.
La noche anterior Viña se encontraba de guardia en la Delegación del Ministerio de Industria. “Serian las cinco de la mañana, cuando tocaron a la puerta. Se trataba de Ernesto Che Guevara sin la escolta.
“¡Qué clase se sorpresa! Me dijo que estaba desvelado y que buscaba a alguien que jugara ajedrez, que si yo sabía jugar. Le expliqué que no pero que el oficial de guardia el doctor Rey Drets, que se encontraba descansando que si sabía. Me pidió que lo llamara. Inmediatamente Drets salio también sorprendido al constatar que a esa hora de la mañana ya el Che estuviera allí. Entraron e iniciaron una partida de ajedrez.
“Pasada las 6:30 de la mañana llegaron los escoltas preocupados. Me preguntaron que si el Che estaba ahí. Se les había escapado. Se levantó en la madrugada. Los dejó durmiendo y se les fue.
“Les expliqué que si, que estaba adentro jugando ajedrez. Abrieron la puerta y se asomaron. Al comprobar que estaba ahí se sentaron a conversar conmigo.
“A las 8:00 de la mañana cuando comenzaron a llegar los trabajadores el Che salió sonriendo y se despidió nuevamente de mí. Me ofreció las gracias y me manifestó que tuvo la satisfacción de ganarle dos partidos al doctor Rey y que él le ganó una.
“Luego el doctor salió y me expuso que ahora si no jugaba ajedrez con nadie más porque le había ganado una partida al Comandante Che Guevara.
Recordar al Che, resaltar su ejemplo y formas de actuar constituye para Oscar Viñas Ortiz una manera revolucionaria de honrarlo.