Isla de la Juventud: paisaje mágico para la fotografía submarina.¿Imágenes descriptas en la novela La isla del tesoro?
Publicado: mayo 20, 2010 Archivado en: La isla y el mar | Tags: Cuba, evento Internacional de fotografía subacuática, hotel Colony, Isla de la Juventud, Ministerio de Turismo Deja un comentarioLos fondos submarinos de Isla de la Juventud[1] se han confirmado una vez más como uno de los más hermosos del mundo por sus arrecifes coralinos de extraordinaria belleza, virginidad y diversidad de especies y abundantes cuevas; atributos válidos para convertir a esa ínsula cubana como escenario permanente del evento Internacional de fotografía subacuática (FOTOSUB).
La Islaha sido escogida para el FOTOSUB por su plano submarino, de fama mundial en los 56 puntos de buceo, al localizarse una amplia variedad de peces, especialmente en las aguas que circundan el hotel Colony, a una profundidad máxima de 30 metros, con una visibilidad vertical entre 25 y 28 metros.
Para el desarrollo de FOTOSUB fueron escogidos nueve puntos de inmersión de los 56 mencionados, precisamente por esa variedad y belleza y la existencia de Panel coral negro, Túnel del amor, Reino mágico, La corona de la reina y Rey del Sahara, donde también destacan esponjas tubulares y manantiales de aguas sulfurosa.
El evento es auspiciado por el Ministerio de Turismo (MINTUR), Cubatur, y un grupo de empresas. Cuenta además con el asesoramiento dela Federación Cubanade Actividades Subacuáticas (FECAS).
El paisaje se hace mágico no solo por los fondos marinos sino también por el multicolor plumaje de las cotorras, el carpintero verde y el jabao. Mirar desde el mar aquel paraíso terrenal es sorprendente.
En la revista Áreas Importantes para la conservación de las aves en Cuba: Editado por Susana Aguilar. Editorial Academia, La Habana, 2010 confirma. «Esta conformado porla Ciénega de Lanier que atraviesa la isla centralmente, convirtiéndose en una barrera geográfica natural que divide al norte de la isla de la llanura cársica del sur, e incluye las zonas marinas aledañas. Contiene también ala Reserva Ecológica Los Indios formada por manglares y sabanas de arenas blancas consideradas como las mejores conservadas y representativas del país.
«De forma general, se aprecian variados biotopos entre los que se destacan el bosque semideciduo, las lagunas arrecífales, pastos marinos, manglares y hierbazales de ciénega, entre otros. Estos encierran una gran diversidad en buen estado de conservación, además de contener huellas de cultura precolombinas que habitaron el lugar».
Cuando observo toda la región del sur en su conjunto (incluyo el Parque Nacional Punta Francés y la Reserva EcológicaPunta del Este) me viene a la memoria algunas de las imágenes descriptas en la novela La isla del tesoro: «Después fui a dar a un extenso bosque de árboles como aquellos parecidos al roble – más tarde supe que eran encinas—y que crecían como zarzas muy bajas, a ras de la arena, constituyendo un espeso matorral. El bosque se extendía bajando desde lo alto de una de las grandes dunas y ensanchándose y creciendo en altura hasta la ribera de la ciénega; los juncos cubrían éstas y a través de ellas el más cercano de los riachuelos se filtraba hasta el fondeadero».[2]
También Robert Louis Stevenson vio ese paraje tal como se aprecia actualmente, con pocas diferencias: «…en aquella parte de la isla donde las encinas crecían más espaciadas y sus troncos centenarios se parecían más a los árboles de las grandes selvas: Mezclados con ellas había algunos pinos, cuyas copas alcanzaban alturas de más de cincuenta y hasta sesentas pies. El aire se sentía más fresco y puro que junto a la ciénega».[3]
Se impone la reserva ecológica Los Indios, en la porción noroccidental dela Isla, reconocida por los refugios de fauna y formada por manglares y sabanas de arenas blancas, consideradas como las mejores conservadas y representativas del país.
En el litoral sur el faro de Carapachibey –cuyo nombre nos transfiere alguna lengua indígena– indica de noche la ruta correcta a los navegantes; sus destellos pueden garantizar su funcionamiento en las condiciones atmosféricas más embarazosas. Emite señales cada 7,5 segundos. Normalmente son visibles a 17,5 millas.
La caleta de Agustín Jol se localiza en un área de cuatro mil hectáreas[4],, con uno de los ecosistemas costeros mejor conservados del país. Impresionantes, además, resultan sus playas[5] y selvas compactas, pobladas de pedregales, frondosas palmeras, manantiales de aguas sulfurosas y playas vírgenes, entre ellas Playa Larga. En la costa se observa una gran extensión de arrecifes, que están precedidos de sistemas de camellones y cangilones. Un mar peligroso, pero bello que a pocos metros de los arrecifes ya alcanza una profundidad entre 10 ó 12 brazas.
¿Se estaría refiriendo el autor del libro de aventura La isla del tesoro a esta esplendida zona de la ínsula cuando apuntaba que «…nos encontrábamos detenidos en la calma a media milla del sudeste de la costa oriental, que era la más baja»?
En toda esta zona del sur la calma es total sin olas grandes y con una costa impresionante. En la narración se describe: «El fondeadero estaba muy bien protegido de los vientos y rodeado por frondosos bosques, cuyos árboles llegaban hasta la misma orilla; la costa era llana y las cumbres de los montes se alzaban alrededor, al fondo una especie de anfiteatro».
Es la misma impresión que nos llevamos tantos años después al recorrer estos apacibles paisajes de la isla aún vírgenes e idénticos a los de La isla del tesoro: «No corría el menor soplo de aire, y el silencio sólo era roto por el ruido de las olas al romper, a media milla de distancia, en las largas rocosas… »[6]
Unas cinco horas basta para surcar los mares del extremo sur occidental dela Isla, a122 kilómetrosde Nueva Gerona.
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Notas:
[1] Lázaro David Najarro: Muchachos de los Canarreos, 2012 (inédito).
[2] La isla del tesoro: Robert Louis Stevenson. Colección Novelas. Libros en red. Página 80.
[3] Ídem pagina, 84
[4] Se trata del Parque Nacional Marino Punta Francés. Las riquezas forestales cumbre actualmente el 56 por ciento de la superficie de Isla producto de las campañas de reforestación y el intenso trabajo por mantener las áreas protegidas donde se conserva el ambiente natural , especialmente en la región sur con bosques semideciduos que unidos a otros complejos de vegetación constituyen la mayor área boscosa del archipiélago de Los Canarreos, sin dejar de mencionar las 556 especies de plantas superiores y 13 de helechos con un endemismo de 105 especies de ellas 3 estrictas de esa zona.
[5] Se afirma enla Enciclopedia colaborativa en la red cubana (EcuRed), que alrededor de dos tercios de los mares que rodean la isla son someros. Desde Cabo Francés al oeste, abarcando todo el litoral occidental, norte y oriental hasta la altura de Punta del Este, pertenecientes al golfo de Batabanó, las profundidades raras veces superan los diez metros y su promedio es de siete metros. Estos mares de escasa profundidad (asentados sobre porciones sumergidas de la región suroccidental de la plataforma insular y que abarcan un área de 34 145 Km2), condicionan grandes aportes de vapor de agua y tienden a elevar el calor latente y en consecuencia incrementan los regímenes diarios y anuales promedio de temperatura, precipitación y humedad. A la altura de Punta del Este y hacia el oriente, la plataforma insular está festonada de hermosísimos cayos de gran interés ecológico, pues se ha demostrado que constituyen refugio de valiosas especies de flora y fauna. La extensión de sus playas y la finura de sus blancas arenas le confieren un elevado valor turístico. Desde este punto de vista, se integran como región al sur dela Isla. Se destacan de (oeste a este): Cayo Matías (6,7 km2), Cayo Campos (7,9 km2), Cayo Aguardiente, Cantiles (con17 km de extensión y 35 km2), Rosario (10 km de largo y 18 km2) y Cayo Largo (24 km de longitud y 37 km2), este último importante polo de desarrollo turístico de alcance nacional e internacional con perspectivas dirigidas a la fotocaza y pesca submarina, así como al yatismo y diversas modalidades de turismo ecológico.
[6] La isla del tesoro: Robert Louis Stevenson. Colección Novelas. Libros en red. Página 76.