Excursión al Laberinto de las Doce Leguas. Los Jardines de la Reina
Publicado: mayo 20, 2010 Archivado en: La isla y el mar 4 comentariosVer fotocopia: El Laberinto de las Doce Leguas es parte de una cayería situada al sur de las provincia de Camaguey, Ciego de Avila y Sancti Spiritus.
Es un lugar paradisíaco de naturaleza virgen y exuberante, con bellas playas arenosas, vegetación de uvas caletas y aguas cálidas y transparentes, en medio del Mar Caribe.
En su segundo viaje por el archipiélago cubano (a mediado del mes de mayo de 1494), Cristóbal Colón bautizó a las cayerías del sur de Camagüey con el nombre de los Jardines de la Reina, por la inigualable belleza natural de esos parajes. Constituyó el homenaje del almirante a la Reina de España, Isabel de Castilla.
Dicen algunos estudiosos que los propios aborígenes que vivían en las cayerías fueron los que le dieron la bienvenida al Almirante, quien se comunicaba con los pobladores por mediación de un indio guanahaní que lo acompañaba.
Esta zona marina, situada a 50 kilómetros de Playa Bonita, Santa Cruz del Sur, se caracteriza por la difícil navegación.
Precisamente el Almirante, al internarse entre ese dédalo de cayos de los Jardines de la Reina, estuvo a punto de extraviarse.
A través de los tiempos este maravilloso sitio ha constituido una importante ruta de la navegación marítima.
En 1508 Sebastián de Ocampo, piloto gallego y criado de la Reina doña Isabel, recorrió el archipiélago Jardines de la Reina. A partir de su bojeo por la entonces isla Juana o Cubanacán, pudo informar, al Gobernador Nicolás de Ovando, en la Española, «que Cuba es una isla, y no un continente, como creyó Colón. »
La principal maravilla se aprecia en el laberinto de Las Doce Leguas, que abarca una tercera parte de todo los Jardines de la Reina y que se puede considerar como una de las zonas más hermosas de los 70 000 kilómetros cuadrados de la plataforma sumergida de Cuba.
El laberinto de Las Doce Leguas se extiende a través de 135 kilómetros de espléndidos sitios para la contemplación subacuática, con colonias de esponjas y grandes jardines de arrecifes. Decenas de kilómetros de longitud en su litoral sur, de playas de alta calidad por la extensa franja de arena fina, entre cinco y veinte kilómetros de fondos de excelentes paisajes acuáticos, componen al laberinto de Las Doce Leguas.
En el canto del veril se aprecian el coral negro y diversas especies de la fauna marina, que constituyen reliquias naturales de un ecosistema meticulosamente conservado. El grupo insular Jardines de la Reina cubre 360 kilómetros cuadrados, desde el Golfo de Guacanayabo hasta la Bahía de Casilda.
Esta amplia zona guarda en sus entrañas, a veces embravecida, importantes secretos marinos.
La naciente industria pesquera de Santa Cruz del Sur radicó, en los primeros años de la década del treinta del siglo XIX, en las cayerías de Las Doce Leguas, donde familias enteras construyeron sus hogares. Representaba un barrio del término municipal, con pequeños y medianos caserones al estilo de los ranchos campesinos, la mayoría poco confortables, construidas a retazos con maderas preciosas traídas desde tierra firme, tablas de viejas embarcaciones, horcones de mangle rojo talados en todas estas cordilleras situadas al sur de la parte central de Cuba y techos de zinc, teja francesa o guano. A partir del 1 de enero de 1879, se establece en estos parajes la Alcaldía de Barrio.
Al principio esos caserones se ejecutaron para épocas de arribazones, pero luego fueron más que temporales. La etapa de mayor efervescencia pesquera en Las Doce Leguas ocurría en los meses de octubre a febrero, en la etapa invernal, que se manifestaban grandes cardúmenes de langosta que se desplazaban hacia la plataforma cubana en busca de refugios.
Los mayores movimientos de la llamada Dama del Cristal se formaban en Cachi Boca, Peralta, Boca Rica y Cabeza del Este. Había varios embarcaderos, donde acoderaban los botes de velas y remos.
En todos estos parajes la vida se iniciaba con los primeros destellos del sol.
Cientos de cayos, separados unos de otros por pequeños estrechos, conforman los Jardines de la Reina, cuyo extremo oriental se ubica en las costas santacruceñas.
Entre los cayos más importantes se destacan: Cabeza del Este, Cachi Boca, Boca Rica, Media Luna, Cayo Caguama, Boca de Piedra Chiquita, Boca de Piedra Grande y las Cruces…
La naturaleza es impresionante a través de las aguas que cubren la plataforma submarina de esta hermosa zona. Una extensa área compuesta por 661 cayos y cayuelos nos brinda este archipiélago de cristalinas aguas de belleza casi perfecta. En algunos de sus cayos se puede encontrar agua dulce como consecuencia de la filtración de las precipitaciones en las oquedades de las rocas de algunos cayos, principalmente en el de Caguama, y a los manglares que sirven de filtro al agua de la marea y a la de la lluvia.
Antonio Perpiñá (cronista español), en El Camagüey viajes pintorescos por el interior de Cuba y sus costas, reconocía:
«Aquella infinidad de cayos y pequeñas islas son verdaderamente vegetales amenísimos, oasis sembrados en la vasta extensión de aquellas aguas pobladas de abundante diversidad de pescados, de ricos careyes…»
La pesca es abundante en esos parajes del sur de la provincia de Camagüey, caracterizados por su belleza y gran fuente de alimentación. Se convirtió en una de las zonas de mayor «nidificación» de la tortuga, el carey y el tinglado en Cuba.
Los encantos de los cayos, manglares, pastos marinos y barreras coralinas, quizás conviertan a los Jardines de la Reina en una verdadera maravilla natural del mundo, prodigada, además, por los altos niveles de bio-diversidad y de conservación, con más de 900 especies de peces y 66 de plantas.
Estas cayerías son de una relativa juventud geológica, pues data del Pleistoceno-Holoceno.
Completa la fauna de la zona un mamífero endémico cubano capromis pilorides, conocido como jutía conga, (el roedor más grande del país) especie que se traslada de un cayo a otro, inexplicablemente, a través de los 150 kilómetros que abarcan los Jardines de la Reina.
El Laberinto de las Doce Leguas es uno de los escenarios marinos más importantes de todo el Caribe. Declarado desde 1997, por las autoridades cubanas., Parque Natural.
Así es, lo tenemos tan cerca, ojalá y el proyecto de Flora y Fauna concrete su esencia para que Santa Cruz del Sur sea también un camino seguro hacia ese paraíso natural. Convocaron a mi equipo a conocer del proyecto, solo espero que me avisen. Este artículo será un buen referente a la hora de hacer el trabajo.
Qué bien ese proyecto María Elena…. Ese capitulo forma parte de dos libros que he publicado, Cuba: sus cayos, parques naturales y sitios marítimos excepcionales: Por un modelo sostenible como estrategia de desarrollo económico y socia y Sueños y turbonadas…. El primero se puede adquirir por Internet, pero muy caro…http://www.amazon.co.uk/Cuba-excepcionales-sostenible-estrategia-desarrollo/dp/384847848X
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